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La importancia de conocer el origen de los síntomas

Es un hecho probado que a menudo los síntomas que sirven para diagnosticar el TDAH (Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad) coinciden en algunos casos con los síntomas de una insuficiencia de convergencia, una disfunción visual que dificulta tareas que son claves para el aprendizaje. Se trata de un trastorno común de la visión binocular que genera, entre otros síntomas, la visión doble y evidentes dificultades para la concentración.

De hecho, los síntomas más evidentes que se perciben en un niño con insuficiencia de convergencia son el hecho que no presta atención a los detalles y comete errores, que tiene dificultades para mantener la atención tanto en temes escolares como en actividades lúdicas, que le cuesta seguir las instrucciones del profesor y acostumbra a no finalizar las tareas, y que evita o rechaza tareas que requieren mucho esfuerzo durante un largo periodo de tiempo.

Son síntomas que coinciden con los que presentan niños diagnosticados con TDAH.

Esta coincidencia nos permite confluir que demasiado a menudo los síntomas se confunden, lo que lleva como consecuencia un diagnóstico erróneo de TDAH. Estudios científicos concluyen que un 33% de los niños diagnosticados con TDAH tienen una insuficiencia de convergencia.

Un hecho similar ocurre con los síntomas de determinadas disfuciones de la lateralidad. La lateralidad es un proceso que “pone en orden” a nuestro cerebro, que está formado por dos hemisferios que se comunican entre ellos por el cuerpo calloso. Es lo que marca, entre otras cosas, que seamos diestros o zurdos. Cuando existe algún problema o trastorno de la lateralidad, aparecen síntomas como dificultades en el lenguaje, tanto oral como escrito, aparecen problemas motores, se generan dificultades para la concentración, la comprensión o la comunicación, incluso la agresividad, entre otros. Otra vez, son síntomas que a menudo sirgen para que se diagnostique un TDAH, cuando la solución es otra y pasa por un tratamiento multidisciplinar que sirva no para “apagar” estos síntomas, si no para abordar las causas que los provocan.

Para el TDAH hace falta un buen diagnóstico diferencial, que permita esclarecer cuáles son las causes que generan los síntomas citados. Un buen diagnostico permite abordar el tratamiento más adecuado en cada caso. Y un problema de insuficiencia de convergencia puede solucionarse mediante una terapia visual, sin que sea necesario ningún tipo de medicación. Además de los resultados de las investigaciones científicas, la actividad clínica de muchos optometristas en todo el mundo avalan esta afirmación. No es que la optometría sea la solución al TDAH. Es un hecho que desde la optometría se tratan casos de niños que están diagnosticados con TDAH cuando en realidad su problema es otro, que requiere de las soluciones adecuadas. Y lo mismo pasa a los profesionales que, desde diferentes disciplinas, abordan los trastornos de la lateralidad.

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