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La profesión del profesor

La profesión del profesor

A menudo, en mis charlas en colegios con profesores y padres afirmo convencida que los profesionales de la docencia deberían estar mejor pagados y que la carrera que les da acceso a la profesión de profesor debería ser de las más difíciles.

Profesores y profesoras trabajan con un material muy sensible, los niños y niñas que son el futuro de nuestras sociedades. Son los responsables, además de dotarles de conocimiento y cultura, de algo muy difícil y de lo que a veces da la sensación que no son conscientes: Moldean los cerebros de sus alumnos, les acompañan en todo el proceso de aprendizaje durante una fase clave del crecimiento. Y esto supone una gran responsabilidad.

Pero es que, además, la sociedad les pide que realicen tareas que quizás deberían corresponder a las familias: desde la educación vial a la introducción de hábitos saludables; desde le educación sexoafectiva a los valores ciudadanos, desde la educación en la higiene, hasta el conocimiento de la cultura popular de cada entorno… Cada país incide en cosas diferentes, pero siempre he pensado que a la escuela y a los docentes les exigimos demasiado a cambio de muy poco, i encima sin otorgarles el prestigio social que merecen.

A todo esto, deberíamos añadir largas horas de trabajo real, limitación de recursos, presupuestos demasiado justos… La sociedad debe dotar a los educadores de los medios necesarios para hacer bien su trabajo, y no solo económicos y materiales. La formación de los docentes debería ser una prioridad, y presenta algunas lagunas importantes en algunos países. Por ejemplo, algunas nociones más de neurología y neurociencia de las que reciben serían importantes, ya que la materia prima con la que trabajan son, como he dicho, los cerebros de sus alumnos.

La profesión de optometrista permite estar muy en contacto con alumnos, familias, maestros y escuelas, lo que nos permite tener una visión global del proceso educativo y del aprendizaje. Siempre he querido colaborar con escuelas y maestros, porqué ellos son los que mejor pueden detectar la existencia de problemas visuales que suelen derivar en dificultades de aprendizaje de sus alumnos. Un docente que detecta pronto un problema es de gran ayuda a la hora de buscar las soluciones. Por esta razón, creo necesario y conveniente que las dos profesiones colaboren, con el objetivo de que los profesores dispongan de más herramientas para analizar las causas de los problemas que puedan tener sus alumnos. Es una colaboración que contribuye a una mejor calidad del trabajo docente, que se traduce en una mejor calidad de vida de los alumnos.

En conclusión subrayo la importancia de valorar la profesión del profesor, abogando por mejores salarios y una formación rigurosa para acceder a ella.

Padres y profesores ante las dificultades de aprendizaje

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