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Niños, confinamiento y pantallas

La evidencia de que las pantallas digitales se han introducido de lleno en la vida cotidiana de la sociedad se muestra de manera especial durante estas semanas de confinamiento, tanto en adultos como en niños. Las pantallas, ya sean de ordenadores, teléfonos, tabletas, libros electrónicos o televisión, han adquirido mucho protagonismo, más aún en estos días.

Ya hemos advertido en otros artículos sobre cómo este uso de pantallas puede afectar a nuestro sistema visual. Los estudios científicos al respecto (que avanzan a la misma velocidad que las nuevas tecnologías) relacionan de manera concluyente el exceso en el consumo de televisión y videojuegos con desórdenes del suelo, y también con hipertensión arterial, aumento de factores de riesgo cardiovasculares en adolescentes, obesidad, problemas de atención, dificultades de aprendizaje y, como consecuencia, peores resultados académicos.

La imposibilidad de salir a la calle estos días tiene como consecuencia en muchos hogares que los niños usen más las pantallas. El hecho que los centros escolares mantengan la actividad a base de recursos online incrementa el uso de las pantallas. En este sentido, debemos considerar normal que se experimente la sensación de cansancio en los ojos, por lo que es importante mantener algunos hábitos de higiene visual, que contribuirán a mantener la buena salud de nuestros ojos, y a evitar las consecuencias de lo que se conoce como síndrome visual informático.

¿Por qué ocurre este síndrome? La fatiga visual se debe sobre todo a la disminución de la frecuencia de parpadeo frente a las pantallas de dispositivos digitales. Si, como media, debemos parpadear unas 15 veces por minuto, ante una pantalla este movimiento se recude a entre 7 y 10 veces por minuto. Hay que tener en cuenta que el parpadeo nos permite mantener los niveles de humedad en nuestros ojos, necesaria para un óptimo funcionamiento de nuestro sistema visual.

Otros síntomas de este síndrome son un enrojecimiento de los ojos, lagrimeo, picor ocular, visión borrosa, ojos secos, dolor ocular y, en definitiva, un malestar visual. 

Algo tan sencillo como que, para cada hora de actividad en visión cercana (leer, escribir, dibujar, usar pantallas…) es conveniente descansar la vista dirigiendo la mirada a lo lejos entre 5 y 10 minutos. Y tenemos la norma “20-20-20” de la que hablamos en otro artículo del blog: Cada 20 minutos, mirar durante 20 segundos un objeto que se encuentre a 20 pies de distancia (unos seis metros). Con ello, provocamos que nuestros ojos descansen.

En definitiva, debemos tener en cuenta la necesidad de regular el tiempo que dedicamos a las pantallas. Es bueno también buscar alternativas al uso de las pantallas, especialmente en los momentos de ocio: juegos de mesa, juegos más físicos que permiten interactuar a toda la familia… Nuestra salud visual, y la de los niños, nos lo agradecerán. Y también nuestra salud emocional.

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