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Comer bien, ver mejor

Lo que comemos es también importante para nuestra visión. Una alimentación sana y equilibrada siempre es recomendable para mantener un buen estado de salud general, pero hay que destacar también como los hábitos alimentarios afectan a nuestra salud visual y que relación existe entre la alimentación y determinadas patologías oculares.

La retina y el sistema visual en general és una de las partes más activas de nuestro organismo, lo que hace necesaria una aportación de vitaminas y nutrientes específicos para mantener un correcto funcionamiento. Un déficit de estas vitaminas y nutrientes afecta a la aparición de patologías, como la ceguera nocturna si nos falta vitamina A o la degeneración macular si lo que nos falta son las vitaminas C, D y E. Además, el equilibrio cardiovascular es necesario también para la salud visual ya que el sistema visual necesita de una correcta irrigación sanguínea. Patologías como la hipertensión, el exceso de colesterol o el sobrepeso influyen también en nuestra vista.

Por estas razones es importante que tengamos en cuenta el papel de cara vitamina o nutriente en nuestra visión.

  • Vitamina A. Contiene el retinol, que necesita nuestra retina. La ausencia de este producto puede producir ceguera nocturna, la dificultad de ver bien durante la noche. La encontramos, entre otros alimentos, en la zanahoria, el tomate o el melocotón. Nos ayudarán a proteger nuestras células oculares.
  • Vitamina B12. Al favorecer la formación de glóbulos rojos en la sangre, contribuye a mejorar la fotofobia o el enrojecimiento de los ojos, entre otras cosas. Marisco, hígado, la yema del hubo, el pulpo, la caballa, la carte de vaca, el queso y productos lácteos son una buena fuente de vitamina B12.
  • Vitamina C. Contribuye a la fabricación de colágeno presente en el humor vítreo, protege la oxidación del cristalino e inhibe infecciones oculares. La encontramos en cítricos (naranjas, limones…), vegetales verdes, tomates.
  • Vitamina E. Se la considera, entre otras cosas, un potente agente contra las cataratas y la degeneración macular. La encontramos en verdudas y hortalizas verdes y vegetales ricos en aceites y frutos secos.
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    Además de las vitaminas, si hablamos de visión debemos tener en cuenta otros tipos de nutrientes:

  • Contribuyen a detener el deterioro de la visión, especialmente el zinc y el selenio. Arenques, calamares, brócoli, ajo, huevos, pollo, girasol, chocolate, cordero, moluscos… Son algunos de los alimentos que contienen estos nutrientes.
  • Omega 3. Juega un rol importante en la capa de células nerviosas de la retina. Previenen la degeneración macular retiniana, una de las principales causas de ceguera, previene la aparición del glaucoma, favorece el lagrimeo mejorando el ojo seco, tienen efectos antiinflamatorios y ayudan a la formación de la vitamina A. El pescado azul (sardina, anchoa, caballa, arenque…), mariscos y frutos secos son una buena fuente de estos ácidos grasos.
  • Son los pigmentos naturales presentes en los vegetales y que contribuyen a reducir el daño que provocan los rayos UV. Los encontramos en frutas, verduras, semillas y también en la cerveza, el vino, el té y la soja,
  • Luteína. Hay estudios que demuestran que esta xantofila previene el desarrollo de cataratas y degeneración macular. Actúa como un filtro solar natural. La encontramos en verduras de hoja verde y en la yema de huevo.
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    Si nos fijamos en los productos que hemos citado para cada uno de los nutrientes que necesitamos para cuidar nuestra vista, está claro que lo mejor que podemos hacer es apostar por la dieta mediterránea, muy rica y que tenemos muy a mano.

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