Artículos

Trastorno del Procesamiento Auditivo

El Trastorno de Procesamiento Auditivo (TPD) es una afección neurológica que afecta la forma en que el cerebro es capaz de procesar lo que se escucha. En algún lugar entre los sonidos que se escuchan y la forma en que el cerebro recuerda o entiende esos sonidos, la información se confunde o incluso se pierde. Lo que hace que esta afección sea tan difícil de diagnosticar y tan frustrante para muchos padres cuyos hijos luchan con esta afección es que la audición funcional normalmente no se ve afectada en las personas con TPD; lo que se ve afectado es el procesamiento de los sonidos.

¿Cuáles son los síntomas del trastorno del procesamiento auditivo?

Los niños con Trastorno de Procesamiento Auditivo a menudo no son diagnosticados de inmediato debido a que sus síntomas reflejan otras afecciones, tales como TDAH o TDAH. Algunos de los síntomas comunes del TPD incluyen:

  • La incapacidad de seguir bien las instrucciones orales
  • La tendencia a parecer olvidadizo
  • Dificultad para hablar claramente en oraciones completas
  • Aumento de los problemas académicos
  • Aumento de los problemas de comportamiento
  • Aumento de los niveles de distracción cuando hay ruidos de fondo, incluso sutiles
  • La apariencia de que el niño está ignorando partes de las conversaciones
  • Dificultades para aprender a descifrar la fonética y aprender a lee
  • Como puedes ver, muchos de estos síntomas pueden fácilmente reflejar otras afecciones, o incluso ser características de niños que tienen dificultades, pero que no son diagnosticados con discapacidades o afecciones reales. El TPD también puede ocurrir con otras discapacidades, haciendo el diagnóstico aún más difícil. Los padres que están preocupados por el procesamiento de sus hijos tienen varias opciones para realizar pruebas.

    Pruebas para el Trastorno del Procesamiento Auditivo

    La primera parada suele ser el pediatra, que puede ayudar a evaluar la salud general, especialmente de los oídos. Los patólogos del habla y el lenguaje pueden evaluar las habilidades de comunicación y también hacer recomendaciones para pruebas adicionales. Si la salud auditiva estructural no es un problema y no hay infecciones recurrentes del oído que podrían estar contribuyendo, el siguiente paso es a menudo es reunirse con un audiólogo o profesional especializado en pruebas de procesamiento auditivo. Estas pruebas van más allá de las pruebas de audición y miden la capacidad de procesar la información que escuchan los oídos.

    Por lo general, se aconseja que los niños tengan por lo menos 7 u 8 años antes de someterse a estas evaluaciones porque el niño necesita sentirse cómodo en la situación de la prueba y ser capaz de responder a niveles apropiados para su edad.

    El examinador da varias instrucciones verbales al niño en una serie de pruebas, algunas cronometradas y otras no. Algunas respuestas se registran con señales de mano, y a menudo se utilizan sistemas de timbre para marcar las respuestas. Es asombroso que los cambios sutiles en la forma en que se formulan las preguntas pueden ser pistas para el TPD, y ninguna prueba por sí sola da la respuesta definitiva. En su lugar, a través del mapeo de los resultados de muchas pruebas, los audiólogos y los especialistas en TPD pueden descartar o incluir el TPD como diagnóstico.

    Mi hijo tiene TPD – ¿Ahora qué?

    Como una condición relativamente nueva en el esquema de diagnósticos médicos, no hay un consenso unificador en cuanto a qué causa el Trastorno del Procesamiento Auditivo  o las formas definitivas para que los profesionales puedan probar y diagnosticar el trastorno. En cambio, las pruebas exhaustivas realizadas por un equipo de profesionales médicos y los síntomas que continúan durante más de 6 meses son importantes para hacer un diagnóstico preciso. Si a tu hijo se le ha diagnosticado un trastorno de procesamiento auditivo, existen terapias y estrategias que se pueden utilizar para mejorar la comunicación y las habilidades del lenguaje.

    Related Posts